domingo, 5 de septiembre de 2010

Sin dientes en la garganta

Viernes 4 de Julio de 2008

Amalio (Mayito) Solano

Desde la llegada de Colón a Las Américas, “todo se ha trasmutado en capital europeo y más tarde en capital norteamericano”. Escribió Eduardo Galeano en la introducción de su libro “Las venas Abiertas de América Latina” escrito a finales de 1970, también dijo que “Nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros”.

Cuando Woodrow Wilson fue presidente de los Estados Unidos en 1913, expresó lo siguiente: “Un país es poseído y dominado por el capital que en él se haya invertido”. No sólo eso, sino también la ambición de quitarles sus riquezas, sus tierras, invadiéndolos, comprando conciencia, espiando, apoderándose de informaciones secretas y acusando a países de poseer bomba nuclear para invadirlos y provocar la guerra. Así como obligando a presidentes a que destruyan las armas de su país mientras ellos desarrollan su poderío bélico.

Estados Unidos cree tener la razón en todo, el que cree que puede colocar sus bases militares donde le de la gana, el que piensa que puede tumbar un gobierno que no comulgue con sus nefastas ideas, el que por ayudar a un país pobre, tiene que darle lo que quiera. Con el transcurrir de los años hemos perdido hasta el nombre de llamarnos americanos y éste ha quedado de manera exclusiva para ellos, como si no existiera Centro América y Sur América.

Ellos siempre han pensado como Josué de Castro que después de ganar el Premio Nobel de la Paz dijo: “Yo, que he recibido un premio internacional de la paz, pienso que infelizmente, no hay otra solución que la violencia para América Latina”. Esos son los que pretenden ver a estos países envueltos en una guerra y dominado por los Estados Unidos. Pregunto: ¿Merece una persona como ésta que le otorguen el Premio Nóbel de la Paz?

Estados Unidos nos amenaza con su poderío armamentista y nos provoca con sus incursiones ilegales en nuestro espacio áreo con la intención de que Venezuela reaccione como ellos quieren para luego atacar.

Por eso todos debemos estar en alerta con el presidente Bush que se va y con el próximo que viene. George W. Ball, en un artículo que escribió en 1968 decía que: “El descontento de las naciones más pobres no significa una amenaza de destrucción del mundo…” Ahora, ¿Cuándo un país pobre ha sido una amenaza para una nación como Estados Unidos? ¿Cómo un país que reciba dinero de los gringos y que lo manejen a su antojo va a ser una amenaza para ellos? Los ellos sí consideran una amenaza son los presidentes progresistas como Evo, Correa, Chávez, Ortega y otros que tengan ideas de progreso; que ya no quieren relacionarse sólo con ellos.

A esos sí lo consideran una amenaza. Por ejemplo Bush y sus seguidores junto con los presidentes aliados, no encuentran de que acusar al presidente Chávez. Esas acusaciones les agradan a los Estados Unidos y ya sabemos cual es su intención.

Es probable que antes de que se vaya Bush, se de un conflicto con Colombia para así justificar la invasión y adueñarse de nuestra riqueza petrolera. ¿Cuál es el empeño que tienen ellos de trasladar la base militar que se encuentra en Manta-Ecuador, para instalarla en la Guajira colombiana frontera con Venezuela? Ese empeño lo conocemos como también el de su aliado Álvaro Uribe, el inconfiale.

El presidente Chávez, por más reunión que tenga con Uribe, no debe confiarse. No debe hacerlo porque él hace y hará lo que le digan desde el gobierno norteamericano. Estados Unidos considera que Venezuela es un peligro para los países vecinos, y yo considero que el peligro está en ellos que queriendo tener el mundo a sus pies, nos amenazan (aunque digan que no) con sus porta aviones y submarinos desde las aguas del Caribe.

América Latina ha sufrido los embates de los europeos y norteamericanos, pero ahora estos pueblos han despertado y esto sí les preocupa sobre todo a los gringos. Les preocupa el despertar de las naciones, por eso nos miran como un “peligro”, porque ya no dejamos que nos claven los dientes en la garganta. En una oportunidad Ball dijo que “La impunidad todavía era posible porque los pobres no pueden desencadenar la guerra mundial”. Los pobres no, pero ellos sí. Por eso andan por el mundo amenazando a los países, matando niños, y tumbando gobiernos que no comulguen con sus nefastas ideas de querer apoderarse de lo que no les pertenecen. Ellos con sus malas intenciones y su poderío bélico sí pueden desatar la tercera guerra mundial.

Robert McNamara, siendo presidente del Banco Mundial afirmó que La explosión demográfica constituía el mayor obstáculo para el progreso de América Latina y que el Banco Mundial otorgaría préstamo a los países que apliquen planes para el control de la natalidad. Esta persona consideraba que los cerebros de los pobres pensaban un veinticinco por ciento y que lo había comprobado con lástima.

Pero, ¿que hizo para ayudar a los pobres a salir de la oscuridad, de la pobreza, a desarrollar su cerebro más de ese veinticinco por ciento? Simplemente no les interesaba porque no veían bien que en los países latinoamericanos su población creciera y se desarrollaran. Ahora la realidad es otra y esto les preocupa porque los presidentes están abriendo caminos, buscando el contacto con otras naciones para el desarrollo y bienestar de sus habitantes.

Los europeos y los estadounidenses se han beneficiado de la riqueza de los latinoamericanos generándoles a estos pueblos pobrezas. Estados Unidos cuando ofrece una ayuda lo hace con mezquindad, lo hace a cambio de que el país necesitado se sacrifique. Por eso hay quienes prefieren pasar hambre y no aceptar su ayuda. Galeano lo dijo en su libro: “La pobreza no está escrita en los astros y el subdesarrollo no es el fruto de un oscuro designio de Dios. Corren años de revolución, tiempo de redención. Las clases dominante ponen sus barbas en remojo y a la vez anuncian el infierno”.

A los Estados Unidos se le agota su riqueza petrolera y como en los tiempos de los aventureros criminales, se han abalanzado sobre estos países suramericanos para clavarnos los dientes en la garganta y eso no lo podemos permitir. Alguien profetizó que “sería curioso que del seno de los Estados Unidos de donde nos viene el mal, naciera también el remedio”.

Pero ellos no piensan en el bien, porque sus mentes están hechas para la maldad, la mentira y a través de ellas invadir, matar y violar los derechos humanos como lo hacen en la base naval de Guantánamo, en Irak, Afganistán y hasta en lo sucedido recientemente entre Colombia y Ecuador, donde tienen sus manos manchadas de sangre. Sin dientes en la garganta cada país debe forjarse su propio destino.

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